La ortodoncia es una especialidad de la odontología que estudia y trata las maloclusiones (mordidas incorrectas).
Hay que tener en cuenta que contamos con 32 piezas dentáreas, (28 sin las muelas del juicio) y que no resulta nada fácil engranarlas una a una y todas entre si, y más si están en unos huesos que se mueven (aunque sea lentamente) con el crecimiento.
Es el acabado lo que distingue a un buen especialista de un especialista a secas y este exige disciplina, esfuerzo, habilidad y dedicación.
Pero no sólo por parte del ortodoncista, sino de todo el equipo que lo rodea y como no, del paciente.
Un paciente que ayude (y en eso juegan un papel muy importantes los padres si son menores) no sólo facilita el tratamiento, sino que es fundamental para conseguir un acabado perfecto.
¿Cómo puede ayudarnos un paciente a alcanzar esos objetivos?
Pues muy sencillo, colaborando.
Básico es acudir a las citas a la hora con los dientes bien cepillados. Una higiene bucal adecuada mantiene las encías sanas, los aparatos limpios y acelera el tratamiento.
También es muy importante poner los aparatos (cada vez utilizamos más aparatos fijos) pero en ocasiones necesitamos utilizar gomas, aparatos extraorales o removibles.
Y por supuesto, no despegar brackets o doblar los alambres con una dieta adecuada (no comer chuches y cosas extremadamente duras).
No cabe duda, cumplir unas sencillas instrucciones puede marcar la diferencia para alcanzar un resultado perfecto.
En eso, amigos, necesitamos de vuestra ayuda.